Cuando contratas un seguro depositas no solo tu dinero sino también tu confianza en una aseguradora, porque cuentas con que será quien te ayude a resolver momentos complicados que pueden surgir a lo largo de tu vida. Es probable que para acabar de forjar esta relación de confianza necesites resolver estas dudas que no has tenido ocasión de plantearle directamente a tu compañía. Nosotros lo hemos hecho por ti:
1. ¿Qué hace la aseguradora con mi dinero?
Eres un buen cliente, pagas rigurosamente tu seguro cada año, y te gustaría saber qué ocurre con ese dinero una vez que lo abonas. No te preocupes, tenemos la respuesta.
La mayor parte de tu dinero se destina a resolver imprevistos, los tuyos, en caso de que los tengas, y los de otros clientes cuando tú tienes la suerte de librarte de ellos. Accidentes de tráfico, cocinas incendiadas, maletas perdidas… el seguro destina el 76% del precio de los seguros a resolver los miles de percances que les ocurren a diario a sus asegurados (el 54% va directamente para los clientes y el 22% para los proveedores, es decir, los profesionales que resuelven estos percances, como sanitarios, mecánicos, fontaneros, etc.).
El 10,7% del dinero restante se destina al equipo humano que gestiona los seguros (un 3,7% es para los trabajadores directos y el 7% para los mediadores). Del dinero que queda, el 6,7% se destina a los impuestos y un 6,6% a los accionistas de las aseguradoras.
2. ¿Cómo se calcula el precio del seguro?
¿Qué hace que paguemos 300 euros por un seguro de coche y 40 por uno de viaje? La estadística es la base del cálculo para calcular cuál es el precio del seguro. Todo se mide en función de dos variables vitales: la probabilidad de que ocurra un imprevisto y el coste medio que supondrá solucionarlo o indemnizar por sus consecuencias. Las compañía debe asegurarse de que cuando ocurra el imprevisto, podrá hacer frente a los gastos que suponga repararlo o indemnizarlo así que, además de calcular cuánto cuesta resolver algo, calcula lo que debe guardar para futuros imprevistos.
3. ¿Quién se ocupará de mi percance cuando me ocurra algo?
La industria aseguradora resuelve más de 6.000 percances cada hora y para ello cuenta con un gran equipo de profesionales: 48.700 empleados directos, a los que se suman cerca de medio millón de empleados inducidos y más de 100.000 indirectos. Todos ellos forman parte de la maquinaria que se activa desde el momento en el que contratas tu seguro. En la siguiente infografía puedes ver cuántos perfiles intervienen para solucionar los percances. Puedes estar tranquilo, hay mucha gente trabajando para resolver tus percances:
4. ¿Qué ocurre con mi dinero si no uso mi seguro?
Esta es una pregunta habitual que pueden plantearse las personas afortunadas, es decir, aquellas que por cosas del destino, casi nunca sufren un percance. La respuesta es muy sencilla: se destina a cubrir los gastos de las personas que sí han sufrido un percance. Esto es posible gracias al principio de mutualización por el que se rigen los seguros, te contamos cómo funciona.
Al contratar un seguro, mutualizamos los riesgos, es decir, asumimos que con nuestro dinero (y el de muchos otros) se cubrirán los percances que les ocurran a unos pocos. Es una especie de solidaridad grupal que permite afrontar percances (los llamados técnicamente “siniestros”) muy caros. Así es como a través del seguro podemos afrontar gastos que de otra forma sería imposible. Imaginemos una indemnización elevada por un fallecimiento a causa de un accidente: ni sumando todas las cuotas que el asegurado pagó a lo largo de su vida, podría pagarse dicha indemnización… de no ser por la mutualización.
5. ¿Y si no estoy de acuerdo con la resolución de mi caso?
El objetivo final del seguro es la satisfacción de sus clientes por lo que el sector ha previsto los mecanismos para conseguirlo incluso cuando el asegurado no está de acuerdo en cómo su compañía ha resuelto su caso.
Como asegurado debes saber que muchas aseguradoras, además de un departamento de atención al cliente, tienen también un defensor del asegurado independiente que actúa en caso de reclamaciones. Además, una vez agotadas todas las vías de negociación con la compañía, los clientes pueden dirigirse al Servicio de Reclamaciones de la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones.
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