Del futuro o del casi presente, las actividades que se realizan en torno al fallecimiento de un ser querido evolucionan más rápido de lo que pensamos, de hecho aunque los fallecidos son personas de una edad avanzada, los encargados de coordinar las honras fúnebres, además de la compañía de seguros y la funeraria, son personas más jóvenes, los millennials por ejemplo ya están presentes en esos momentos y su forma de ver la muerte es distinta a la que tenían nuestros abuelos y padres.
Como detalle solo tenemos que echar un vistazo a los periódicos, tanto de tirada nacional como provinciales o locales: las esquelas han desaparecido prácticamente, y ese elemento fúnebre tan presente hace no muchos años, marca la tendencia. Sin hablar de fórmulas de distribución de las cenizas en campos de futbol, de llevarlas al espacio o convertirlas en joyas, de todo ello siempre hay novedades en el sector funerario y se suelen presentar en Funermostra, el encuentro anual del sector funerario que tiene lugar en Valencia cada año.
Pero vayamos más allá ya que hay países como Suecia, donde actualmente en algunas ciudades importantes, aproximadamente el 8% de los fallecidos son trasladados directamente del hospital a la funeraria para su incineración, y las cenizas pueden ser dispersadas en parques conmemorativos anónimos; en una década esta tendencia ha pasado del 2% al citado 8%. Bien es verdad que Suecia es uno de los países más laicos del mundo, a mucha distancia de España, pero no deja de ser evidente que la evolución del rito y el duelo está en proceso acelerado de cambio según se van incorporando las nuevas generaciones.
Otros aspectos importantes en materia fúnebre tienen que ver con la tecnología, y es que nada escapa a Internet y los ya omnipresentes teléfonos inteligentes. Desde cementerios virtuales a Apps que ayudan a conocer al difunto hay toda una legión de soluciones tecnológicas que hacen más actual todo lo relacionado con la muerte. Ya no hay velatorios en casa y el número de incineraciones con custodia de restos (la familia se hace cargo de las cenizas y no hay sepultura o nicho) crece cada año. Esto está impactando también en la participación de los familiares en el proceso, por lo que los paquetes cerrados de ritos estandarizados están llamados a desaparecer.
Y no podemos olvidar que cada vez más la familia tiende a “celebrar” la desaparición de un ser querido en lugar de llorar, mantener un largo duelo, etc. cada vez más se piensa en como habría deseado el difunto que se actuara en esa situación, y eso da lugar a un sin fin de situaciones distintas. La muerte ya no es tanto tabú.
En todo este futuro inmediato, y presente de realidad palpable, las compañías de seguros tendremos un papel muy interesante para evolucionar adaptando los servicios y coberturas de las actuales pólizas, evolucionando con los propios clientes y dando respuesta a las nuevas exigencias de la sociedad en todo lo relacionado con la muerte y el rito posterior.