El testamento tiene sus orígenes, según los expertos, en la Roma de 125 años antes de Cristo, ya ha llovido desde entonces, pero es que el derecho romano es la cuna del nuestro actual, con sus actualizaciones y puestas al día, pero se basa en él.
La idea del testamento es dejar organizada la sucesión en caso de fallecimiento para evitar disputas legales entre los herederos, que vienen fijados por la ley, pero que el que otorga el testamento puede modificar, mejorar o cambiar. Eso sí, el testador no puede hacer todo lo que quiera, en nuestro ordenamiento jurídico, un tercio de la herencia de cualquier persona es la denominada «legítima» que el testador no puede quitar a quien le corresponda. Pero vamos con el testamento.
El testamento se realiza habitualmente ante un notario que de da fe del deseo del testador en cuanto a la distribución de sus bienes y derechos respecto de sus herederos. Esto es un acto notarial, recogido en un documento denominado testamento que se registra y es público, pudiendo comprobarse en el Registro de Actos de Última Voluntad. Para conocer más acerca de esta institución, podéis visitar este enlace.
Además de lo que hemos visto, hacer testamento es barato, solo cuesta entre 40 y 50 Euros dependiendo de la localidad y el Notario, es un trámite bastante fácil y rápido, ya que solo precisa del NIF del interesado, haber cumplido los 14 años y el asesoramiento de un notario. Hasta ahora este trámite se hacia en persona, pero ahora hay una parte del proceso que puede hacerse por Internet, lo que facilita mucho las cosas.
Y cómo se trata de facilitar las gestiones, las compañías de decesos, como Purísima, facilitan a sus mutualistas el acceso a los trámites para el testamento solo con llamar a un teléfono donde se les presta ayuda y soporte para su elaboración.
En otro post hablaremos de los diferentes tipos de testamentos y algunas otras características que hay que considerar.