Y hay que decir que cualquiera puede otorgar testamento, solo es necesario cumplir dos requisitos: ser mayor de 14 años y estar en uso de razón, es decir en sus cabales, no estar inhabilitado por razones de enajenación mental transitoria o total.
Vamos con la siguiente afirmación, la relativa a la complicación de hacer testamento, los trámites legales son en general poco agradables, sobre todo si tienen que ver con la propia muerte, pero los hay más sencillos como es este caso. Solo es necesario concertar una visita con el notario, llevar el documento nacional de identidad y contarle que queremos hacer con nuestros bienes una vez hayamos fallecido, así de sencillo. A los pocos días podremos recoger la escritura original y solicitar las copias simples que podamos necesitar.
Hay que decir que el testamento, una vez otorgado, no es para toda la vida, o sí, pero puede ser revocado en cualquier momento por la persona que lo otorgó, solo es necesario volver a un notario y revocar el que anteriormente habíamos otorgado.
Otra de las afirmaciones poco fundamentadas es la de que solo los que tienen mucho patrimonio deben hacer testamento, pues tampoco ésta es cierta. Cualquiera de nosotros conocemos casos mas o menos cercanos en los que una herencia ha dividido a una familia. Pues ese es el fundamento de la necesidad de hacerlo aunque no haya muchos bienes que dejar, solo la existencia de una vivienda y poco más puede generar un problema entre los posibles herederos, así que dejar hecho un testamento ayuda mucho a evitar los conflictos a posteriori.
Y por último también podemos aprovechar las nuevas tecnologías y la oportunidad que ofrecen en este caso, ya que se puede hacer testamento on line a través de Internet fácil y rápido ahorrando tiempo. No hay pretexto para no hacer testamento en estos tiempos.