1. Si la familia tiene un solo coche, el seguro está a nombre de él
Muchas familias tienen dos vehículos: uno para él y otro para ella. Pero en momentos de adversidad económica, los hogares ven en la movilidad una partida en la que pueden recortar gastos fácilmente. En ese momento la familia renuncia a un vehículo y pasa a tener un solo solo coche. Cuando esto ocurre, el hombre suele figurar como primer conductor en la póliza. Luego el vehículo se comparte y lo conducen indistintamente ella, él o, si ya tienen el carnet, también los hijos.
2. Empiezan a conducir más tarde
La segunda cosa curiosidad sobre las conductoras españolas es que se ponen al volante siendo más mayores. La presencia de primeras conductoras de entre 18 y 25 años es baja. Menos del 8% de las chicas de esta edad figuran como titulares del seguro del vehículo que manejan. Pero esto no siempre fue así: en 2012 eran el 13%. ¿Y esto por qué ocurre? Puede deberse al coste económico de mantener un coche, a la existencia varias alternativas de movilidad (ie. transporte público, VTC, coches de alquiler…) o, simplemente, a un menor interés en disponer de un vehículo propio. Este comportamiento se da también entre los chicos de esa edad, pero de forma menos acusada.
La mujer figura como titular de un seguro de coche al llegar a la treintena. A partir de ese momento, el seguro refleja las necesidades de movilidad de las mujeres en el siglo XXI: ir al trabajo, hacer recados, disfrutar de su ocio, llevar o recoger a los hijos… El creciente uso de coche por parte de la mujer es testimonio de los procesos sociales ocurridos en las últimas décadas, procesos en los cuales la mujer ha ganado presencia e independencia. Esto es especialmente palpable entre las capas sénior: En 2012, menos del 10% de las mujeres de más de 65 años tenían un seguro de coche a su nombre. En 2019, eran el 17%.
3. Prefieren los vehículos de uso urbano y privado
Las mujeres son titulares del 30% de los seguros de coche, que es el vehículo más frecuente. En el ámbito de las dos ruedas muestran ciertas preferencias: constituyen una de cada cinco primeras conductoras de ciclomotor y escúter, pero apenas suponen el 8% de las conductoras de motos. En los vehículos pesados o de uso empresarial es, entre tanto, muy baja.
Las mujeres muestran, por lo tanto, una predilección por los vehículos de uso típicamente urbano y de carácter privado.