En estos días de diciembre celebramos que nuestra Constitución es ya madura; tiene más de cuarenta años. Es posible que, cuando se aprobó, algunas o muchas personas en España pensaran que, desgraciadamente y como otras Cartas Magnas de nuestra Historia, su duración sería corta. Pero no ha sido así. La Constitución Española del 78 se ha mantenido como referente fundamental de nuestra democracia, a pesar de lo mucho que haya podido cambiar nuestro mundo y nuestra realidad. Porque… ¿cuánto ha cambiado esa realidad? Esa pregunta se puede responder de muchas formas. Hoy te la vamos a responder aquí desde el punto de vista de la industria aseguradora.
La verdad es que ambos mercados aseguradores, el de 1978 y el de hoy en día, se parecían poco. Aun actualizando aquellas viejas pesetas a euros actuales, la facturación del seguro del automóvil era de unos 3.000 millones (11.000 hoy en día); y qué decir del seguro de vida, que en 1978 andaba por los 1.000 millones de euros de hoy y en 2021 supera los 20.000. O el seguro de salud, que facturaba 825 millones en 1978 y hoy factura más de 9.000 millones.
Hay seguros que, de hecho, han dado un salto cuantitativo y cualitativo enorme en estas cuatro décadas. El seguro de decesos, por ejemplo, tenía unos cinco millones de asegurados en 1978; hoy tiene 22 millones. Los seguros de salud atendían a 2,1 millones de españoles; hoy atienden a 12,8 millones. Y qué decir del millón y medio de asegurados de vida, que hoy son 30 millones.
Un elemento que ha experimentado un cambio radical en estas cuatro décadas es el aseguramiento patrimonial. ¿Os habéis fijado en esas casas de los centros históricos que en los portales todavía declaran: “Asegurada de incendios”? Asegurar un edificio, o una vivienda, era algo casi lujoso en el pasado; por eso mismo, si un seguro se ha “democratizado”, ése ha sido el seguro patrimonial. Cuando se votaba la Constitución Española, en España había 3,8 millones de patrimonios asegurados; el aseguramiento de viviendas apenas alcanzaba a una de cada cuatro casas. Hoy, en España hay asegurados casi 24 millones de patrimonios distintos y, en el caso particular de la vivienda, el aseguramiento es de tres de cada cuatro.
Dónde estará el seguro dentro de cuarenta años, es difícil de saber. Pero lo que sí está claro es que su evolución de aquí en adelante será la que ha tenido en el pasado: mejorar el servicio a sus clientes, ganarse su confianza y la percepción de que se trata de un producto necesario y eficaz. Hoy por hoy, nuestra España es un país más rico y con mayores cotas de bienestar que en los tiempos en los que aprobó su Constitución; y lo es también, en parte, porque es un país mucho más, y mucho mejor, asegurado.